La falta de planificación urbana y políticas públicas ineficientes han provocado que el problema de la vivienda deshabitada agrave la desigualdad y la fragmentación social, advirtió Alfredo Pastén Hernández, doctor en Políticas Públicas por la UAEH.
En su estudio sobre Tizayuca, Tecámac y Ecatepec (2010-2020), identificó dos fenómenos: casas abandonadas, deterioradas y sin dueño, y viviendas deshabitadas, en buen estado pero vacías. La concentración de estas en fraccionamientos cerrados con mejor infraestructura limita el acceso a la vivienda para sectores populares y refuerza la exclusión social.
Además, señaló que el gobierno prioriza los servicios básicos en estas zonas, dejando en desventaja a las comunidades más necesitadas, mientras las constructoras se benefician de la especulación inmobiliaria.
Pastén Hernández urgió a regular el mercado del suelo, frenar el acaparamiento y reorientar las políticas de vivienda hacia un modelo inclusivo que garantice espacios accesibles y dignos para toda la población.
