Pachuca.- Luego de manifestar, que la vida no puede depender de la improvisación, sino de un protocolo claro, una formación adecuada y una respuesta coordinada, la diputada local del PAN, Claudia Lilia Luna Islas, señaló que es necesario y urgente que los agentes de seguridad tanto hombres como mujeres de todo sean capacitados obligatorios en técnicas para atender intentos de suicidio y crisis psicológicas entre otros casos que pongan en riesgo a la población.
Después de dar a conocer que presentó ya una iniciativa sobre el tema ante el pleno de la sexagésima sexta legislatura local, señaló que, al ser los agentes los primeros en responder y llegar a los lugares donde se presentan las emergencias, la gran mayoría no sabe cómo actuar en diversas situaciones debido a que carecen de un marco normativo adecuado, así como de herramientas técnicas para intervenir de forma segura y profesional
Al referir que esa deficiencia, suele derivar en respuestas improvisadas que pueden agravar la situación, agregó que, añadió que la propuesta es que la autoridad encargada, la Secretaría de Seguridad Pública en la entidad, incorpore en su formación inicial y continua a los elementos policiales módulos de primeros auxilios psicológicos, contención verbal, control de crisis y manejo de emergencias emocionales. Además, propone protocolos de actuación específicos para casos de riesgo suicida.
Precisó que, la propuesta de reforma también exige una coordinación obligatoria con instituciones de salud y protección civil para asegurar atención médica inmediata y seguimiento profesional de quienes se encuentren en crisis. Con ello, la policía operaría bajo un enfoque humanista, priorizando la preservación de la vida y la dignidad de las personas vulnerables”.
Por último, la legisladora precisó que, con estas acciones además de una policía mejor preparada para toda situación, se busca transformar el sistema de la seguridad pública en Hidalgo hacia un modelo más sensible, técnico y humano, al reiterar que la vida, advirtió, no puede depender de la improvisación, sino de un protocolo claro, una formación adecuada y una respuesta coordinada y profesional.
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