Tlaxcoapan, Hidalgo.— Pobladores y organizaciones sociales realizaron este sábado una manifestación para expresar su rechazo al proyecto denominado Parque Ecológico y de Reciclaje, antes conocido como Parque de Economía Circular, al considerar que se trata de un basurero disfrazado que agravará la crisis ambiental y de salud que enfrenta la zona.
La movilización inició en el nuevo Hospital del IMSS en Doxey, y concluyó en el centro de Tlaxcoapan, donde los inconformes portaron pancartas y lonas con consignas como “No a un basurero disfrazado de parque ecológico” y “No somos el basurero de la Ciudad de México”.
Las organizaciones denunciaron que en torno al proyecto se ha desplegado una campaña institucional que calificaron como una “democracia inducida”, al considerar que, aunque se habla de consultas y participación ciudadana, se ha vulnerado el derecho de la población a decidir libremente. Señalaron el uso de consultas infantiles, así como presiones a funcionarios y empresas para sumarse a la estrategia de difusión del proyecto.
Los manifestantes rechazaron que el Parque de Economía Circular sea presentado como una solución a la crisis ambiental, al advertir que la Región Tolteca es una de las zonas más contaminadas del país y que un proyecto de esta magnitud incrementaría la carga ambiental. Expusieron que la planta requeriría operar con alrededor de mil toneladas diarias de residuos, mientras que la región genera aproximadamente 500 toneladas, lo que afirmaron, abre la puerta a la llegada de basura proveniente de otros estados o de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Recordaron que Hidalgo ya recibe las aguas residuales de la Ciudad de México, y advirtieron que ahora se pretende trasladar también la responsabilidad de los residuos sólidos e industriales, en perjuicio de la salud y el bienestar de las comunidades locales. Como ejemplo, señalaron los impactos sociales y ambientales que persisten en comunidades cercanas a la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Atotonilco.
Los inconformes acusaron que, pese al discurso oficial de priorizar al pueblo, la región continúa siendo utilizada para albergar proyectos que consideran fallidos y altamente contaminantes. “No estamos dispuestos a seguir siendo el cesto de basura de la capital del país”, manifestaron.
