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EL SISTEMA DE AHORRO PARA EL RETIRO

El Sistema Mexicano de Ahorro para el Retiro, como todo modelo, tuvo un inicio bajo las condiciones sociales propias de nuestra nación en el último cuarto del siglo XX.

Pero la población envejeció y el sistema dejó de funcionar bien.

El sistema de pensiones sufrió una reforma muy importante en 1997, para considerar la evolución demográfica laboral, la nueva dinámica operativa del mayor tamaño económico de los ahorros, y la incorporación de estrategias de inversión financiera y rendimientos de los ahorros, y la primera generación de pensionados con esas reglas empezarán a darse 25 años después, en el 2021.

La complejidad de ese sistema que todos conocemos se sintetiza en dos datos muy serios: Existen 66 millones de mexicanos que tienen su propia cuenta de ahorros, que totalizan un importante capital de 4.2 billones de pesos, que están bajo la rectoría normativa y jurídica del Estado Mexicano.

El actual sistema resulta complejo porque, permite tener, o no, una pensión suficiente para disfrutar una vida cómoda en la vejez, solo si el trabajador formal, su patrón y el gobierno han logrado los ahorros suficientes, durante las semanas necesarias.

El sistema de Afores no es perfecto. Requiere una reforma para fortalecerlo, no para destruirlo. Una reforma que permita que ahorremos voluntariamente más, que logremos mejores rendimientos, que hagamos el sistema menos costoso operativamente, que se incorporen más mexicanos. Administrar una Afore y las Siefore requiere gran inversión en infraestructura, en tecnologías de información y comunicación, en sistemas contables y financieros, en expertos en inversiones con salarios de mercado.

Considero que solo quitarle a las afores los dineros de 66 millones de trabajadores, para enviarlos al control absoluto del gobierno, es el camino más fácil y corto para que los que se jubilen después no tengan dinero para hacerlo bien.

Considero muy importante que el gobierno trabaje para no regresar a mediados de los 90, porque no habría dinero para pensiones.

Se reconoce la crisis fiscal: el gobierno no tiene suficiente dinero para financiar las pensiones, pero si necesita el dinero de las pensiones para financiarse a sí mismo y a sus proyectos.

Por ello, aplicar solo una ideología política sin estudios costo – beneficio a los recursos de los trabajadores, de los que han ahorrado para garantizarse una vejez digna. Eso si hay que revisarlo muy bien.

Porque si no se hace con estudios serios, técnicos, consensuados, profundos e integrales, perderían los de siempre…los más vulnerables.

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